Gruch

Gruch es un zombi y, como el resto de zombis en Olún, tiene un amo. Y es que no se levantan de sus tumbas por voluntad propia; ellos son despertados por alguien, alguien que manera la magia, que básicamente son los magos y los liches (bueno, también se levantan porque tienen un hambre atroz). En el caso de Gruch, le despertó sin querer Stail, un mago poco corriente del que se hablará en otra ocasión. Desde el primer momento en que se incorporó, Gruch pasó a ser el lazarillo del mago (y eso que éste intentó por todos los medios volver a "dormirle", pero no hubo manera). Obedece a todo lo que Stail le diga.

¿Sus virtudes y defectos? Es difícil encontrárselos, teniendo en cuenta que su personalidad está totalmente anulada, tanto para bien como para mal. De su vida pasada no se acuerda, o eso parece. No puede hablar, solo gruñir (muchos sospechan que de ahí viene el nombre que le puso Stail). Sin embargo, pese a su carente empatía, siente cierta cercanía especial con Anaí, la única del grupo que verdaderamente intenta integrarle como a uno más.

Sus poderes se basan básicamente en dos cualidades: la fuerza y la resistencia. Por muy delgados y pertrechos que puedan resultar, son capaces de portar prácticamente cualquier cosa, y Gruch no se queda atrás. Además, soportan muy bien las altas y bajas temperaturas (si bien nadie quiere estar cerca de un zombi a temperaturas elevadas, debido a su mal olor). Y, evidentemente, no sienten dolor. ¿Es agresivo? No, pero lo mejor es tener a mano carne cruda para mantenerle a raya (Gruch siente debilidad por la carne humana, pero se conforma con carne de cualquier otro animal).

¿Quieres saber más sobre Gruch? ¡Atrévete a adentrarte en Crónicas de Olún. El enigma del Híbrido!

Ilustración: @LiberLibelula

Texto: Noelia de la Fuente